sábado, 28 de abril de 2012



En el tercer tomo de la saga, Bella trata de hacer su vida normal y retomar su relacion con Edward, lidiando ademas con un monton de problemas nada pequeños por cierto. Por un lado, los Vulturi han declarado que sabe demasiado sobre los vampiros y su mundo, de modo que solo hay dos opciones: debe morir o por el contrario ser transformada en una de ellos. Ella desea con toda su alma ser transformada en vampira, y ya ha hecho prometer a Edward que la transformara despues de la ceremonia de graduacion, teniendo que darle ademas para ello la promesa de matrimonio, ya que el vampiro no esta dispuesto a transformar a su amada si antes no se casan. Por otra parte, su transformacion quebraria el tratado de paz entre los Cullen y la tribu de licantropos quileyutes, haciendo imposible su amistad con Jacob, a quien ella profesa un gran cariño. Bella, a sabiendas de estar metida de lleno en un triangulo amoroso, intenta mediar entre sus dos pretendientes, pero Edward y Jacob, llenos de rivalidad por su afecto y de prejuicios sobre sus respectivas razas, no se lo pondran nada facil. Por si todo esto fuera poco, entra en accion una vieja enemiga: Victoria, la que fuera novia de James, el vampiro que trato de matar a Bella, y con cuya vida acabaron los Cullen para proteger a la muchacha. Victoria al parecer esta dispuesta a todo por vengar la muerte de su amante, y pretende cobrarse esa deuda asesinando a Bella, tal y como Edward y sus hermanos acabaron con aquel a quien ella amaba. Y para ese fin, esta reclutando un ejercito de vampiros recien transformados ( neofitos ) a su servicio, que ya han dejado su rastro de sangre por Seattle y se dirigen a Forks.

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